Hoy 31 de mayo se clausura la exposición de Robert Wilson "VOOM PORTRAITS".
Quien haya tenido ocasión de verla (¡ ejem...!,completa claro) se habrá dado cuenta de lo importantes que pueden llegar a ser los espacios para exponer obras de arte. El éxito de esta exposición ha sido rotundo, más si el publico no va expresamente a verla, al estar dividida en tres espacios distintos alguien circunstancialmente puede llegar a verla incompleta, (como casi me sucedio mi) aparte de que no todos los retratos han venido a Valladolid. En mi caso una tarde de sábado visité primero la sala de la calle de la Pasión, que estaba muy concurrida y ofrecía una visita guiada en la que una señorita explicaba cada uno de los videoretratos; el personaje, la música , el tiempo de ejecución, etc... realmente estaba bien, pero yo seguí contemplando aquellas imagenes de una forma personal, dejando me llevar por el sentido de la vista e ignorando el dignisimo trabajo de la guia.
En cuanto puse un pie en la calle, mire mi reloj y viendo la hora que era me encamine directamente hacia la sala de las Francesas. Esta sala estaba menos concurrida ¿ ... ? con lo que la visita fue bastante mas relajada y tranquila; se oía con claridad la música que ambientan las escenas porque no existía el murmullo de los visitantes que no pueden contenerse, y no se si solo serán mis retinas pero estos videoretratos me parecieron mas impactantes que los que había visto tan solo unos minutos antes. Realmente no era diferente, reconocía a personas y a personajes, o situaciones que me recordaban a obras del pasado (San Sebastian, La lección de anatomía...), otras tuve que mirar en el folleto informativo para descubrir quien era la persona que aparecía en la pantalla, pero por alguna razón me cautivaron mas estos retratos.
Salí directamente hacia la calle de Santiago, y viendo en mi reloj que se hacia tarde, puse rumbo hacia casa , con el pensamiento puesto en una cerveza sin alcohol que tomaría por el camino.
Ventiun días mas tarde, salí una soleada mañana de casa, un dia entre semana con la intención de dar un paseo, hacer una gestión, y ver algo del festival de teatro y artes de calle, cuando volví a pasar por delante de la sala de la Pasión. Fue algo instantáneo,enseguida me di cuenta de que me faltaba de ver la sala de San Benito, y sin ni siquiera mirar mi reloj me encamine rápidamente hacia allí. Cuando entre en un pequeño habitáculo de reducidas dimensiones, había un grupo de jóvenes con evidentes problemas psicomotrices y sus respectivos monitores observando Samson que es el videoretrato que ocupa este espacio, y me uni a ellos en la contemplación de la imagen.
A los pocos minutos abandonaron el recinto y yo baje unas escaleras encaminandome a una sala larga y estrecha en cuyo fondo podía reconocer a Brad Pitt presidiendo las imagenes que alli estaban. Tarde unos pocos minutos en darme cuenta de que estaba solo, arriba en la sala anterior estaba la señorita que conducía las visitas a la exposición y un guardia de seguridad, nadie mas. Pase a una sala mas angosta y oscura en la que solo había un videoretato de Marianne Faithfull, que como si de un vampiro se tratase pendía cabeza abajo; para llegar a otra sala contigua de similares características en la que encontré la imagen que mas me ha impresionado. Puede que sea algo circunstancial pero esta imagen eclipso en mi cerebro a las demás, permanecí delante de ella, solo, un buen rato, el suficiente para ver como William Dafoe se balanceaba hacia adelante y hacia atrás a base de mover su cadera en el umbral de una puerta tras la que se veian unas llamaradas, para después mirar su reloj repetidamente y volver a su posición inicial, antes de comenzar a balancearse de nuevo.
El reloj...¡ El reloj, claro! Salí hacia la zona de la escalera y mire mi reloj, era tarde y me precipite hacia el exterior colocándome las gafas de sol, que en ese momento estaba impartiendo justicia de primavera, y tuve la suerte de encontrame con La Fanfare Electrique, un divertidisimo pasacalles a ritmo de rock, que amenizo mi regreso al mundo urbano de camino a casa.
AQUI ESTAN LOS QUE VINIERON, Y ALGUNO DE LOS QUE NO VIMOS EN VALLADOLID
